Dehesa de Luna, un ansiado soplo de frescor 

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Es el más sorprendente jardín que uno pueda imaginarse. No solo porque el romero y otros arbustos, junto con un buen número de árboles, pueblen esa finca declarada Reserva de la Biodiversidad. Y tampoco porque algunas de las aves que lo sobrevuelan, como las águilas, terminen por posarse sobre las etiquetas del vino. 

La originalidad de Dehesa de Luna se descubre al recorrer los sistemas de conducción instalados en cada parcela y para cada variedad. Museo vivo de una ciencia que se han visto obligados a seguir y a desarrollar para proteger sus cepas del clima extremo de esa parte de la provincia de Albacete. Una zona elevada, en el término municipal de La Roda, batida en ocasiones por el frío y amenazada en verano por el calor extremo. 

Calles altas y más estrechas para proteger al viñedo del sol. Y orientaciones elegidas para buscar ese mismo efecto. Nombres sonoros en todos los idiomas (pérgola, sprawl, semi-sprawl…) de técnicas creadas por la viticultura del viejo y del nuevo mundo. Y abrazándose a ellas las cepas de una selección de variedades que ha ido cambiando bajo el signo de los tiempos. 

La irresistible atracción por los vidueños franceses que imperaba en este país cuando nació la bodega ha permitido conseguir unos buenos ejemplos de cabernet o syrah y renunciar a un merlot que madura maravillosamente en climas mucho más fríos. Ahora, junto a clásicos como tempranillo o graciano se abren paso plantas procedentes de zonas más cálidas como la garnacha blanca o la alicante bouschet, también conocida como garnacha tintorera. Y con ellas, elaboraciones que reducen, en todos los casos, la presencia de madera limitando la estancia o aumentado el tamaño de los recipientes utilizados. 

La cosecha de 2018, la primera certificada como ecológica, traerá un interesante monovarietal de garnacha blanca quizá superado por la vibrante acidez de la siguiente añada. Y entre los tintos, Dehesa de Luna Garnacha Tinta 2017, envolvente, jugoso y muy aromático (caramelo, moras y otras fruta rojas), dará un nuevo impulso a la imagen de la casa y ofrecerá la posibilidad de transmitir mayor alegría a sus coupages. Cambios que tras años de trabajo han conseguido dibujar, entre esas y alguna otra variedad por estrenar, un futuro señalado por un ansiado soplo de frescor.

I.  P. L.