Cuenta atrás para la subasta de los Hospices de Beaune 

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Una de las citas más antiguas y consolidadas del mundo del vino, la subasta de los Hospices de Beaune, se celebrará una vez más el tercer domingo de noviembre. En esa fecha, que este año se corresponde con el día 17, la casa Christies subastará en primeur cada una de las pièces (barricas de 228 litros) de la última cosecha de los viñedos de esa institución. Un 85% están clasificados como premier cru y grand cru y entre ellos figuran algunos de esos climats de Borgoña (parcelas con especial terroir) declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Son 61 hectáreas -unas 50 de pinot noir y el resto de chardonnay– procedentes de donaciones destinadas inicialmente a la construcción y después al mantenimiento de este hospital destinado a personas sin recursos. Los ingresos por la venta del vino durante casi 400 años, y por su subasta en los últimos 160, han permitido sostener este edificio histórico transformado finalmente en museo. Las salas del Hôtel-Dieu reproducen ahora la vieja farmacia, las cocinas de la institución y la llamada sala de los pobres. La atención hospitalaria se realiza, desde la década de los ochenta del siglo pasado, en unas modernas instalaciones.

La subasta, que tradicionalmente marcó si no el precio sí la tendencia para cada añada de Borgoña, estuvo durante mucho tiempo reservada los profesionales. Actualmente está permitida la participación de los aficionados y además es posible pujar por Internet o por teléfono. La cosecha de 2019, afectada al igual que la de muchas zonas españolas por el calor y la sequía, parece que será correcta para los tintos y puede que excepcional para los blancos. La subasta ha permitido recaudar en cada una de las últimas ediciones entre 13 y 14 millones de euros.

María Jesús Alonso