Los 90 +, una demostración de poder

Muchos comenzaban por los grandes vinos de la casa. La añada 2010 del Gran Reserva 904 dividía opiniones. Había quien, con discrección, dejaba escapar un suspiro; otros, directamente, reconocían que levantaba pasiones. Algo parecido ocurría con Viña Arana 2012, recién llegado a la categoría de gran reserva, que demostraba haberse aupado hasta allí por méritos propios. Junto a ellos, una interesante muestra más de ese clasicismo sabiamente renovado que define a las elaboraciones de esta bodega centenaria, Viña Ardanza 2010 Selección Especial

La cita, Los 90 + de La Rioja Alta, tiene algo de reconocimiento a quienes, en este caso en Madrid, forman parte de su Club de Cosecheros -los destinatarios de vinos exclusivos que no pueden encontrarse en el mercado- creado en 1978. Y es también la oportunidad para sumilleres y periodistas de probar las últimas añadas de las marcas que la crítica nacional e internacional ha puntuado por encima de 90. 

Entre ellos, dos vinos más frutales y estructurados y con menos barrica que el resto, Martelo 2014 y Torre Oña 2014. Una elaboración parecida, pero con el inconfundible espíritu de la Ribera del Duero cada vez más presente, Áster Crianza 2014 y Áster Finca El Otero 2014, la marcada fuerza de un vino de pago a partir de viejas cepas. Las discusiones sobre las preferencias alcanzaban niveles casi filosóficos al llegar a los blancos de Rías Baixas. La sutileza del coupage típico de O Rosal de Pazo de Seoane 2018, albariño con algo de caiño, loureiro y treixadura, frente a la firme presencia de Lagar de Cervera 2018, un monovarietal de albariño. Lo mejor, en esa concentración de grandes aficionados al vino, los comentarios si no fuera porque el puesto ya está ocupado. Le corresponde a la muy seria demostración de poder que supone presentar una colección así.