Casa Dani, la mejor tortilla de España  

Es una larga historia con numerosos antecedentes. El congreso Lo mejor de la gastronomía ya celebraba un campeonato así. También la Semana Grande de San Sebastián incluye entre sus actos un concurso de tortilla de patata. Títulos destinados a los aficionados en algún caso, y a los profesionales en otros, a los que ahora se ha unido el Campeonato de España de Tortilla de Patata que ha clausurado en Tenerife -segunda edición de ambos- el Foro Internacional de la Papa.  

Hasta allí llegaron cinco finalistas seleccionados entre las recetas recibidas (se fríen las patatas, se añade el huevo, un poco de sal…). Pasó ese corte una representación de los anfitriones, Canarias, de la patria de algunas de las mejores tortillas, Galicia, y también un veterano vencedor en este tipo de pruebas: el vasco Senén González. Completaban el cupo, un local de Salamanca y una apuesta segura, Casa Dani (Madrid).

Y así fue. Este simpático y popular establecimiento situado en el Mercado de La Paz se alzó con el triunfo. Su propuesta es una tortilla afortunadamente poco cuajada: exactamente en ese punto en que la yema es muy espesa pero todavía parcialmente líquida. El resto, un buen aceite utilizado en cantidades prudenciales y el marcado sabor de la cebolla -hay también sin- que parece freírse aparte hasta alcanzar un color marrón oscuro. La técnica, nada más ni nada menos que la buena mano de la cocinera. Algo que se descubre por las pequeñas variaciones en la cantidad de sal que pueden llevar las tortillas.

Cada mañana este rincón madrileño sirve centenares de raciones a un público que se congracia así con el mundo. Fieles seguidores agolpados en la apretada barra (y sus prolongaciones) de un puesto del mercado que también incluye un pequeño comedor. Otra opción más tranquila, con el mismo nombre y las mismas tortillas aunque no tan calientes, una terraza situada a las puertas del mercado. En uno y otro local, un insuperable retorno a la cocina tradicional y a la memoria de los sabores casi perdidos por muy poco dinero. A partir de ahora, y durante un tiempo, la lucha por un mesa, una silla o un taburete será una pelea más dura. La única forma de evitarla hubiera sido seguir los consejos de un sabio amigo que se aposentó en Casa Dani pocas horas antes de que se hiciera pública su victoria.

María Jesús Alonso